En breves palabras.. como interactúan la biodecodificación y el árbol genealógico?

13.04.2022

Al abrir el árbol genealógico, se nos muestra el inconsciente personal-familiar del consultante y se biodecodifica los programas ocultos, para comprender el por qué de las situaciones conflictivas, enfermedades y dolencias

El Objeto que observo + la emoción que siento = expresan la creencia alojada en el inconsciente (memoria inconsciente)

El objeto observado puede ser un lugar, una persona, un tema o suceso, etc.

La emoción es la vivencia o sentido que le doy a ese objeto.

En un nivel totalmente inconsciente, la persona sabe precisamente lo que ocurrió, dónde y cuándo. Y conserva estos elementos en su inconsciente.

Cualquier síntoma es el eco de una memoria emocional, sea ésta personal o familiar

Hacer entrar a la persona en la emoción, es permitirle hacer venir a la consciencia un acontecimiento que de todos modos ya se expresa

El hecho de expresar, poner la cosa fuera ¡hace que ya no está dentro! Cuando esta palabra se expresa, cuando esta toma de consciencia está verbalizada, ya no ocupa el inconsciente. Esto activa frecuentemente una descarga emocional (gritos, temblores, lágrimas, risas, ...).

La mayoría de las veces, la toma de consciencia dentro de la emoción basta para curar.

Pero puede ser provechoso, en ciertos casos, pedir a la persona que realice un acto simbólico para de alguna manera acabar este proceso, concluir esta reparación, llevar al final esta memoria que no halló solución. Alexandro Jodorowsky habla de actos psicosomáticos, Jacques Salomé de actos simbólicos, Milton Erickson de prescripciones de tareas. Estos actos simbólicos son eficaces en el hecho que responden a un principio terapéutico fundamental: la realidad metafórica de toda cosa. Para los órganos, por ejemplo, el hueso es una metáfora de las vigas de la casa, el hígado es una metáfora de la despensa. Así, cuando una persona pierde su trabajo, es una metáfora de perder su alimento y tener miedo de morir de hambre.

(Adaptado del libro "Mi cuerpo para curarme" de Marc Frechet)